Esta semana la lluvia ha marcado el ritmo de los trabajos en el conjunto arqueológico de San Esteban.

En el recinto II, tras la limpieza superficial del barro generado por las lluvias, la zona de trabajo principal ha sido la crujía este, en ella se ha excavado en la zona que conecta a dicha crujía con el patio central de la vivienda. Su excavación nos ha proporcionado muchas sorpresas como el recorrido de una nueva atarjea de cuyo relleno de tierra se han comenzado a tomar muestras para flotación que ayudarán también a comprender la función de esta zona del edificio. Para saber más sobre la toma de muestras y las metodologías que empleamos os remitimos al vídeo “muestreo y flotación”  y a entradas previas como la de toma de muestras de flotación.

En la casa 2 cada mañana se retiraban las lonas colocadas el día anterior para proteger de las lluvias, y al final de la jornada volvíamos a cubrir la zona. Los trabajos se han centrado en la identificación de las diferentes unidades estratigráficas en planta, en la toma de cotas y en la excavación de los primeros estratos, de los que se han tomado muestras de flotación. También hemos trabajado en la documentación arqueológica, registrando los estrados con sus correspondientes fichas de unidad estratigráfica. En entradas anteriores os contamos en qué consisten las fichas de unidad estratigráfica, un elemento clave del proceso de documentación arqueológica.

El área de intervención de la maqbara no se ha visto afectada por las lluvias, ya que se encuentra cubierta, lo que ha permitido continuar con el ritmo de trabajo. Durante esta semana ha continuado la excavación de las tumbas iniciada la semana anterior, pudiéndose exhumar un sujeto fetal que ha permitido identificar una sucesión de enterramientos, lo que está permitiendo conocer mejor la superposición de sepulturas en el cementerio. A finales de la semana se han podido delimitar nuevos restos óseos, quizás de otro posible individuo enterrado allí, lo que nos deja bien claro que este espacio funerario aún puede darnos muchas sorpresas.

En cuanto a los trabajos de restauración y conservación, el lunes se inició la consolidación de argamasas en el recinto I, mediante la aplicación de agua de cal. Sin embargo, las lluvias han obligado a posponer este tratamiento ya que el agua lava el consolidante aplicado antes de conseguir su resultado. Tampoco ha sido posible iniciar las labores de consolidación de estructuras descalzadas, al tratarse en todos los casos de muros de tapial de tierra que ya de por sí son muy sensibles al agua. Además, se encuentran fragilizados debido a la pérdida de apoyo, por lo que dejarlos al descubierto habría supuesto un alto riesgo para su integridad. Todo ello ha obligado a que los trabajos se hayan centrado en continuar con la reposición de geotextiles, en los que se ha avanzado de forma rápida, permitiendo cubrir más de la mitad del conjunto arqueológico.