Laboratorio

Trabajo de Laboratorio: El proceso de estudio de la cerámica

29/07/2019

Fabiola Vaca Cuéllar, alumna del Grado en Historia de la Universidad de Murcia, nos explica la importancia del estudio y tratamiento de los restos cerámicos documentados en el conjunto arqueológico de San Esteban y analizados en el Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Murcia.

Tras la primera etapa de intervención arqueológica dedicada a los trabajos de campo, se dio paso a la siguiente fase: el trabajo de laboratorio. Uno de los materiales estudiados en profundidad en este lugar fue la cerámica, objeto de diferentes estudios y tratamientos para su análisis y conservación.

Para explicar las fases por las que pasa la cerámica empezaremos por el lavado de los restos cerámicos, una tarea que, aunque parezca fácil, no lo es. En un primer paso, se debe poner en un recipiente lleno de agua la cerámica de una unidad estratigráfica registrada durante la excavación. Una cosa importante es que no se deben mezclar los fragmentos de cerámica recuperados de distintas unidades, ya que perderíamos la referencia de su contexto arqueológico. Seguidamente, pasamos al lavado con ayuda de un cepillo, quitando los restos de tierra que tiene adherida.

En cuanto al proceso de lavado de los restos cerámicos debemos tener especial cuidado con los que tengan restos de decoración en su cubierta exterior e interior. Al lavarlos, si frotamos muy fuerte, podríamos alterar su decoración. Es por eso por lo que en estos casos sería más conveniente lavarlos sin necesidad de usar cepillo, con un simple remojo.

Después de esta primera fase de lavado de cerámica y de su posterior secado en bandejas, pasamos a la siguiente fase: la clasificación de la cerámica. En esta fase, según el contexto andalusí que nos ocupa, la clasificamos según el fin para la que había sido elaborada. Los grupos de esta clasificación hacen referencia a diversos tipos de servicio, entre los que destaca el de cocina para colocar sobre el fuego, las piezas destinadas al almacenamiento de alimentos, la vajilla de mesa, etc. Estos grupos se dividen también en diversas formas, como las típicas jarras para almacenamiento o las jarritas de menor tamaño que las anteriores, destinadas a complementarlas en el servicio de mesa.

Una vez finalizado el proceso de clasificación, pasamos a enumerar cada pieza con un número de registro, volcando la información de cada fragmento, conjunto o pieza a una base de datos. También, intentamos identificar los restos que pueden formar parte de una misma pieza para su posterior reconstrucción.

La última fase que nos encontramos en el tratamiento de la cerámica en el laboratorio es la reconstrucción de una pieza. Para este trabajo, contamos con la ayuda de una restauradora especialista en cerámica, Pilar Vallalta Martínez, encargada de intervenir en todos aquellos fragmentos cerámicos que se encuentran en el yacimiento y que forman parte de una sola pieza. El proceso de reconstrucción implica ir uniendo los fragmentos cerámicos que coinciden entre sí de una misma pieza con un adhesivo especial reversible.

Tras un trabajo de mucha paciencia, ayudados de pinzas y soportes de arena para apoyarnos en su remontaje, obtenemos la forma completa de la pieza cerámica, terminando así el proceso de tratado de la cerámica en el laboratorio.

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