Excavación arqueológica

¿Cómo excavamos?: Máquina de flotación

21/02/2019

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Francisco Javier Gallego Aragón, alumno del Grado en Historia de la Universidad de Murcia, nos cuenta en esta entrada para qué se utiliza la máquina de flotación y cómo funciona.

Antes de comenzar a explicar el funcionamiento de una máquina de flotación necesitamos saber qué muestras vamos a procesar en ella. Las muestras de flotación son muestras de sedimento recogidas durante la excavación de los estratos sedimentarios. Estos sedimentos se recomienda no cribarlos antes de su almacenamiento previo a su flotación para evitar la fragmentación de las muestras arqueobotánicas.

La máquina de flotación nos permite recuperar tanto macrorrestos vegetales como microrrestos vegetales. Los macrorrestos son elementos botánicos observables a simple vista aunque deban ser analizados bajo la lupa binocular y el microscopio para determinarlos. Suelen ser restos antracológicos (carbones y madera) y carpológicos (semillas, frutos, etc). Estos elementos suelen ser indicio de actividad humana ya que su llegada al contexto arqueológico no ha sido de forma natural. Por otro lado, los microrrestos son los elementos inferiores a 0.25mm, como por ejemplo pequeños fragmentos de carbón o semillas de reducida dimensión. Para su análisis es necesario instrumental de microscopía ya que no son perceptibles por el ojo humano sin ayuda de aumentos.

Antes de flotar la muestra se deben anotar los datos de identificación de la procedencia, indicar el volumen de la muestra y la fecha de procesado en la máquina. La máquina de flotación consta de unos depósitos de agua conectados entre sí mediante un circuito cerrado de circulación continua.

Se comienza depositando la muestra de sedimento sobre el primer contenedor donde hay una malla de 2mm de luz que recibe el sedimento pesado. El circuito cerrado de agua inicia la inyección en la primera cuba y provoca la disolución de las arcillas que se decantan al fondo de la cuba (inferiores a los 2mm de la malla). Los restos menos densos flotan y se precipitan. Caen en otra malla con una luz micrométrica para evitar que cualquier semilla se pierda. En esta malla se van acumulando los restos flotados y el agua pasa al segundo contenedor. En la máquina de flotación se pueden desarrollar también tareas de cribado con agua. Se realizarían en el segundo contenedor ya que, como hemos dicho antes, el agua que cae en este contenedor no contiene ningún tipo de restos. Este cribado es útil para recuperar pequeños fragmentos de cerámica, restos óseos o vidrios, por poner algunos ejemplos.

Una vez finalizado el proceso, se realiza el secado de las muestras que luego serán analizadas en el laboratorio con la ayuda de instrumental de microscopía. Las muestras ya flotadas se secan alrededor de tres días a la sombra, mientras que las gravas que han sido obtenidas de la misma flotación necesitan entre cuatro o cinco días de secado que en este caso sí puede ser al sol. Estas gravas son muy útiles ya que apoyan al resto de materiales excavados a la hora de realizar la interpretación del estrato. Tras el análisis de las muestras en el laboratorio se anotará en la base de datos si el resultado del proceso ha sido positivo o negativo.

Gracias a la flotación es posible la recuperación de distintos restos que de otra forma sería imposible de obtener.

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