Alfredo Sánchez Hernández, estudiante del Grado en Historia de la Universidad de Murcia, nos cuenta una fase más dentro del proceso de documentación en Arqueología:

El dibujo arqueológico de campo sirve para documentar, interpretar, explicar y posteriormente divulgar el trabajo de campo en una excavación arqueológica. Debido a que la Arqueología es una ciencia destructiva, los arqueólogos tenemos que apoyarnos y emplear un amplio abanico de herramientas con el fin de documentar nuestro trabajo diario a lo largo de las distintas fases de excavación del yacimiento antes de proseguir con las labores arqueológicas, puesto que no podemos deshacer lo ya excavado.

Aunque actualmente el dibujo arqueológico suele contar con una primera fase manual y otra posterior de digitalización, en esta entrada hablamos sobre la fase manual, efectuada a pie del corte estratigráfico, dentro del yacimiento.

Material necesario: papel milimetrado, portaminas, goma de borrar, cinta métrica, regla, flexómetro y calculadora.

Metodología:

1. Lo primero a tener en cuenta es qué queremos documentar y porqué. Una vez planteado este primer paso, elaboramos un croquis donde decidimos qué puntos vamos a geolocalizar y ubicar posteriormente sobre papel milimetrado para la realización del dibujo arqueológico.
2. Con cinta métrica, establecemos los ejes de coordenadas X e Y para después, utilizando el flexómetro, tomar las medidas de los puntos que hemos decidido geolocalizar para poder ubicar en el papel milimetrado los elementos a dibujar con exactitud
3. Una vez tomadas las coordenadas de los puntos elegidos, procedemos a convertir con la calculadora dichas medidas a una escala con la que podamos trabajar más cómodamente.
4. Aunque a priori puede parecer sencillo, el dibujo arqueológico debe ser preciso y objetivo, lo más fiel a la realidad posible, puesto que debe poder ser comprendido e interpretado por cualquier compañero o compañera que necesite trabajar con él después. Es muy importante durante la elaboración del dibujo, indicar la escala a la que se han convertido las coordenadas, las unidades estratigráficas y los elementos que aparecen en él.
5. Por último, una vez realizado el dibujo se eligen ciertos puntos para la toma de cotas. Estas cotas nos sirven para entender la geolocalización de los elementos dibujados en el yacimiento y sus diferentes altitudes, ayudándonos en la interpretación del registro arqueológico.