Excavación arqueológica

¿Cómo excavamos?: Ficha de unidad estratigráfica

07/03/2019

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Rosa Sánchez López, estudiante del máster de Historia y Patrimonio Histórico nos explica qué tipo de información incluimos en una ficha de unidad estratigráfica para conocer un poco más el proceso de documentación y registro de estratos que realizamos paralelamente a la excavación.

¿Qué son las fichas de unidades estratigráficas? Su abreviación es “Fichas de UE” y se trata de unas plantillas en las que aparece tanto un croquis del área del yacimiento en el que se está trabajando como diferentes apartados en los que se recopila la información que se ha ido obteniendo sobre la unidad estratigráfica en cuestión. Algunas de estas casillas corresponden, por ejemplo, a la toma de muestras (de parasitología, de flotación, etc.), a la aparición de restos óseos, las cotas inicial y final del estrato, la descripción de la unidad estratigráfica excavada y las hipótesis que se estén planteando en relación a ella, dimensiones y forma del espacio e interpretación del estrato.

¿Por qué es necesario utilizarlas? Debido a que la excavación arqueológica supone la progresiva”destrucción” del estado original del yacimiento y es imposible reconstruirlo de nuevo de la manera original, es necesario ir compilando todos los datos que se van obteniendo en cada uno de los espacios documentándolos con minuciosidad. Puesto que el equipo de trabajo puede ir rotando e incluso es fácil olvidar en qué lugar y en qué contexto se encontraron los restos al final de la campaña, es necesario ir reuniendo esta información por escrito.

¿Qué se escribe en ellas? Los arqueólogos, bioantropólogos o arqueobotánicos encargados de la excavación de un espacio deben prestar atención a cualquier aspecto que caracterice el estrato que se está excavando, por lo que es de gran utilidad ir escribiendo cualquier información necesaria para la descripción e interpretación de la unidad estratigráfica a lo largo de la intervención arqueológica.

De esta manera, se marca en el boceto, por ejemplo, en qué parte de la tumba (si se trata de un contexto funerario) se ha cogido una muestra de carbón o en qué atarjea (si nos encontramos en el Recinto I) se ha tomado la muestra de flotación. Además, puesto que para no confundir la procedencia de los restos son clasificados, embolsados y numerados, en estas fichas se debe especificar de qué muestra en concreto se está tratando.

Por otro lado, se debe especificar qué relación estratigráfica tienen los restos hallados con el resto del espacio (un estrato que cubre a un pavimento, un muro que se adosa en otro, etc.), lo que también deberá plasmarse en el diario de excavación.

Al final de la campaña, ¿para qué se utilizan las fichas de unidad estratigráfica? Una vez que se ha acabado la campaña de excavación, el trabajo del equipo encargado del yacimiento debe comenzar a trabajar en la interpretación de los restos hallados a fin de confirmar o rechazar las hipótesis que se tenían inicialmente. Por esto, recopilar todas las fichas de unidades estratigráficas permite:

  • Comprender cómo ha sido el proceso de excavación de cada espacio.
  • Cómo se encontraron los restos, en qué orden y en qué estado.
  • Cómo se relacionan estos con el resto de hallazgos.
  • Qué información pueden aportar a la interpretación del yacimiento.

En definitiva, estas fichas de unidad estratigráfica suponen la puesta por escrito de la evolución constante del yacimiento, que cada día avanza gracias al trabajo del equipo de especialistas encargados del mismo.

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