Excavación arqueológica

¿Cómo excavamos?: Un enterramiento

19/12/2018

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En esta entrada, Félix Margallo Ros, alumno del Máster de Historia y Patrimonio Histórico de la Universidad de Murcia, describe el proceso de excavación que se ha llevado a cabo en un enterramiento de la maqbara del yacimiento de San Esteban.

Antes de comenzar a usar las herramientas de excavación, es necesario establecer las unidades estratigráficas (UE) que le corresponden. ¿Por qué es importante? Porque nos va a permitir organizar todo el material resultante y ubicarlo en su contexto estratigráfico correspondiente. Siguiendo esta metodología, asignamos un número de UE a la estructura funeraria de la inhumación que estamos excavando y otra UE al relleno de la misma.

A continuación, procedemos a la excavación de la inhumación bajando capa por capa en potencias de 7 cm. Esta metodología responde a una lógica, y es que vamos a tomar muestras de flotación de cada capa de 7 cm con el objetivo de realizar un análisis macrobotánico. ¿En qué consiste el estudio macrobotánico? En el análisis de restos de plantas carbonizadas, semillas, madera y otras partes pertenecientes a plantas.

De esta manera, comenzamos a excavar la inhumación con el paletín o triángulo, ya que la posibilidad de encontrar restos óseos es muy alta y necesitamos utilizar herramientas que nos permitan un trabajo preciso. Junto con el paletín, utilizamos palillos grandes de madera y pinceles. Los palillos nos permiten delimitar los huesos sin provocar daños –tales como arañazos- y los pinceles nos permiten limpiarlos de manera más eficiente dado su tamaño y fragilidad. Siguiendo el proceso, procedemos a excavar hasta que encontramos un resto óseo humano, que en este caso fue el fémur. Una vez que aparece el individuo, se le asigna una UE diferente a las anteriores. A continuación, lo delimitamos y nivelamos la capa en la que se encuentra, con el fin de que no quede hundido y en busca de la continuación del resto de huesos que componen el esqueleto, ya que es posible que aparezcan en capas diferentes. Los objetos que van apareciendo, como fragmentos óseos de fauna y de madera así como restos de carbón, son empaquetados en bolsas y etiquetados debidamente para su posterior estudio en el laboratorio.

Por último, la tierra que vamos extrayendo no se desecha sin más, sino que debemos cribarla. Este cribado consiste básicamente en una revisión del relleno del enterramiento, ya que durante la excavación es posible que hayamos pasado por alto pequeños fragmentos de hueso, cerámica o carbón. Con este procedimiento lo que hacemos es filtrar la tierra con el objetivo de buscar esos restos, que hayan pasado inadvertidos, empaquetándolos y etiquetándolos para su posterior estudio y análisis.

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