Esta semana Rosa Sánchez López, estudiante del Máster de Historia y Patrimonio Histórico de la Universidad de Murcia, nos enseña a tomar muestras de flotación y nos explica la importancia que tiene una óptima metodología para la recuperación de los restos arqueobotánicos y otros restos arqueológicos que no suelen ser directamente perceptibles durante la excavación arqueológica. En concreto las muestras se han tomado del sedimento de relleno de las atarjeas del recinto I, es decir, de los canales de evacuación de aguas de este edificio.

¿Qué es una muestra de flotación? Es una muestra de sedimento o de tierra de un estrato arqueológico.

¿Cómo se toman las muestras? Las muestras se recuperan durante la excavación de los estratos y se introducen en sacos de polietileno, que preservarán el contenido de los restos e impedirán la contaminación de éstas ante cualquier agente externo. Una vez tomada la muestra se realiza el etiquetado de la misma que permita una fácil identificación del lugar del que se ha obtenido. En aquellos contextos de mayor dificultad de recuperación del sedimento se usarán espátulas o incluso cucharas para evitar la fragmentación de los restos.

¿Se puede cribar el sedimento antes de introducirlo en los sacos? NO es nada recomendable ya que el zarandeo durante el cribado fragmentará los posibles restos de semillas y carbón, y al introducirlo en agua se descompondrán por completo y su resultado sería negativo.

¿Cómo se procesan las muestras de flotación? Para el procesado de estas muestras de sedimento se emplea una máquina de flotación instalada en el yacimiento. En nuestro caso, se emplea una máquina de circuito cerrado para ahorrar el máximo posible de agua. En ella, se introduce la muestra de tierra que, tras sumergirla en agua, se separa en dos partes según su flotabilidad:

• El residuo ligero (la fracción que flota corresponde a carbón, madera, semillas y otros restos botánicos).
• El residuo pesado (la fracción que no flota y que decanta en el fondo de la máquina de flotación como los pequeños restos cerámicos, fauna, metal, vidrio, entre muchos otros).

¿Qué se hace con el residuo ligero? Los restos del residuo ligero resultantes se analizan con ayuda de instrumental de microscopía entre las distintas especialidades (antracología y carpología principalmente). Por ejemplo, podemos conocer qué tipo de especies vegetales (reconocidas a través de observación en microscopio y comparación con los atlas de anatomía de las plantas y colección de referencia) se usaron por la población que habitó estas casas del yacimiento y para qué finalidad (combustible, mobiliario, alimentación), y además, si procedían del entorno natural local del yacimiento o si, al pertenecer a contextos alejados, implicaban relaciones comerciales con otros lugares.

¿Y con el residuo pesado? Se revisan meticulosamente con la ayuda de lupa binocular para recuperar los fragmentos más pequeños de cerámica, metal, vidrio, entre otros, que nos aportan una información complementaria a los restos ya recuperados durante la excavación. Esto es muy interesante en estancias de artesanía donde los residuos del proceso de manufactura son fundamentales para evidenciar estas actividades.